La escuela se viste de luto al ver partir a uno de los empleados que laboró por años en nuestra escuela. Cariñosamente le llamabamos Puchales, el cual era su apellido.
Siempre estaba a la disposicón de el que lo necesitara. Con su andar peculiar y su mirada tierna. Era el primero en llegar a la escuela y en muchas ocasiones el último en salir de ella. Descansa en paz Puchales.